Desde una perspectiva sistémica, el ciberespacio se constituye como un espacio diferenciado respecto de un entorno. Esta diferencia es la que se establece entre el mundo “real” respecto a un mundo “virtual”. Si concebimos el ciberespacio como “sistema”, el mundo real se constituye como su entorno diferencial.En cuanto sistema, el Ciberespacio puede ser incluido entre los sistemas sociales. Las taxonomías de los sistemas establecen tres modos en función de los elementos que los constituyen: sistemas abstractos, sistemas de objetos y sistemas de seres vivos. En los primeros, son las ideas las que entran en interrelación; los sistemas de objetos pueden ser ejemplificados con las máquinas y, por último, los sistemas de seres vivos van desde los organismos más elementales a los más complejos sistemas sociales.Sin embargo, esta inclusión en el grupo de los sistemas sociales no debe hacernos olvidar su pertenencia también al segundo de los grupos, los sistemas constituidos por objetos, máquinas en este caso. Esta doble condición debe ser tenida en cuenta en todo momento, ya que de olvidarla se pueden producir múltiples errores de percepción y conceptuales. El Ciberespacio es, entonces, un sistema social constituido sobre un sistema tecnológico y las posibilidades emergentes del primero están en función de los desarrollos que se dan en el segundo. Es decir, la tecnología, entendida como arquitectura material del sistema, es la que posibilita el establecimiento de los tipos de interacciones entre los elementos que constituyen el sistema social. De esta forma, estos dos sistemas de diferente naturaleza, el tecnológico y el social, se imbrican formando un sistema emergente denominado “ciberespacio”.La mayor o menor transparencia tecnológica no supone anulación alguna, sino precisamente lo contrario: su mayor integración. En la medida en que el sistema tecnológico subyacente se hace invisible, más natural se hace el social. Sin embargo, esta invisibilidad está en función, precisamente, de su condición de límite, de frontera del sistema social. Es la tecnología la que establece el repertorio estructural de lo posible social. Como abanico de lo posible, como estructura límite, es en el segundo nivel en donde la contingencia del sistema se actualiza a través de las decisiones constructivas de los usuarios que utilizan las posibilidades tecnológicas para realizar sus necesidades sociales.Esta interacción entre los dos sistemas o, mejor, subsistemas del Ciberespacio es determinante, ya que su evolución se produce mediante las ampliación de las posibilidades estructurales de los límites tecnológicos. Es decir, la tecnología es el límite, pero sus límites son ampliados por la actuación de los agentes sociales.